Barbaridades Intelectuales

Un artículo de Xavier Sala para www.ElVilMetal.com

Empezaré con las palabras más positivas que se pueden dedicar al artículo de Paul Harris: es una barbaridad intelectual. La economía es una ciencia complicada y la gente sin formación debería pensar mucho antes de escribir sobre ella. Si no, uno acaba escribiendo artículos como éste. Lo menos grave del artículo (y por tanto, lo más positivo que se puede decir), es que está plagado de triviales errores que dejan claro que el que escribe no sabe demasiado bien de lo que está tratando. Por ejemplo, dice que está seguro que Gran Bretaña “acabará entrando en la UE”. Todo el mundo (excepto, aparentemente, Harris) sabe que Gran Bretaña fue uno de los primeros países que formó parte de la UE. No voy a perder el tiempo con esos errores triviales porque no vale la pena perder el tiempo con esto.

Una vez destacado lo más positivo del artículo, pasemos a lo negativo. Destacaremos tres errores garrafales.

Primero, el autor dice que “al contar EEUU con la capacidad de imprimir la moneda con la que se compra petróleo, automáticamente tiene petróleo gratis”. El señor Harris parece no saber ni lo que es la inflación (o la hiperinflación) ni lo que es el impuesto inflacionario. Hace años, hablaba yo con el ministro del interior de Bolivia (un tal Bartelemí) y me decía que la mejor manera de mantener la paz social amenazada por las huelgas de mineros que querían aumentos salariales, era que el Banco Central imprimiera pesos y se los diera a los mineros. Así se hizo, y la inflación Boliviana llegó al 25.000%. Un desastre económico como pocos ha habido en la historia del siglo XX. Si los EEUU realmente utilizaran la máquina de imprimir dólares para comprar petróleo, se crearía una inflación o subida de los precios de los productos americanos. Los americanos perderían poder adquisitivo y eso representaría un impuesto (que los economistas llamamos el impuesto inflacionario) con el que se pagaría la factura del petróleo. En el peor de los casos se crearía una hiperinflación (ya que para financiar la factura del petróleo americano con dinero fiduciario habría que imprimir muchos dólares) y la economía entraría en una recesión sin precedentes en los últimos 200 años (la economía Boliviana retrocedió un 10% en 1985, durante la hiperinflación). ¡Una pérdida del 10% del PIB americano representaría un coste de un trillón de dólares! Por lo tanto, eso de que el petróleo es gratis para el que tiene la máquina de imprimir dólares es una falacia indigna de alguien que se presenta como un experto en economía.

El segundo gran error se produce cuando Harris afirma que “Irak fue muy listo porque se cambió al euro justamente cuando el euro subió” y que Estados Unidos se enfadó a causa de esta perspicacia de Saddam. Eso es lo mismo que decir que el señor X fue muy listo comprando el número de lotería que resultó premiado. Si los precios en euros se quedan constantes (y ya explicaré en el tercer punto porque eso no va a suceder), los países que se cambien al euro saldrán ganando si el euro sube…pero saldrán perdiendo si el euro baja. Decir “ex ante” que es bueno pasarse al euro es como decir antes de que suceda, que el euro subirá. Y ni el señor Harris ni el señor Saddam (que en paz descanse) pueden afirmar que eso vaya a suceder. De hecho, si Irak cambió el dolar por el euro para realizar sus transacciones petroleras hace tres años, estuvo perdiendo durante la mayor parte de los años, por la caída del euro, y sólo empezó a obtener ganancias recientemente cuando el euro alcanzó la paridad. Si se hacen bien los cálculos veremos que en realidad ha sido un mal negocio para Saddam Hussein, cuya sagacidad económica Harris parece admirar.

Lo me lleva al tercer tercer error garrafal, y es que Harris parece ignorar que los precios del petróleo de equilibrio SON REALES y no en dólares. Error básico de primero de carrera que ningún personaje que escriba sobre economía debería cometer. Para saber si vender el petróleo en euros y no en dólares sería ventajoso, deberíamos comparar los dos precios poniéndolos en la misma unidad multiplicado, por ejemplo, el precio en euros por el tipo de cambio para transformarlo en dólares. Si el precio en euros fuera más alto (como sugiere Harris), LOS ESPECULADORES del mercado petrolífero comprarían en dólares y venderían en euros haciendo que los dos precios se equilibraran automáticamente. Al arbitraje en los mercados financieros nos lleva a la conclusión de que los dos precios serían idénticos tanto si el petróleo se cotiza en euros, en dólares o en rupias. Harris escribe su artículo suponiendo implícitamente que el precio en euros sube y baja en la misma proporción que el precio en dólares, cosa que sería falsa y eso le lleva a una conclusión equivocada.

Lo que más me ha sorprendido del artículo de Harris es la cantidad de atención que ha recibido por los internautas de todo el mundo. Ningún economista medianamente inteligente puede ser engañado por esta sarta de falacias y errores comunes. Pero supongo que los no-expertos que tienen ganas de ver manos negras detrás de todo lo que hacen los Estados Unidos estarán dispuestos a creérselo todo. Y eso incluye artículos tan penosos como este de Paul Harris.

Acabaré con una recomendación para todos los que tengan el artículo de Harris en sus manos y quieran entender o aprender un poco de economía: tiradlo a la basura.
Xavier Sala-i-Martín
Catedrático de Economía
Columbia University
New York, NY