Reciclando

?Me ha dado por hacer limpieza en “la habitación de los libros”, y he terminando tirando como un metro lineal de papel, la mayor parte revistas de informática.  Las primeras de 1998 -en 1999 tuve mi primer PC- y las últimas de 2006, cuando debí dejar de tirar dinero en ellas.
Por supuesto, como mandan los cánones del buen nostálgico, antes de pasarlas al montón de la basura me he entretenido un buen rato en (h)ojear algunas de ellas, en concreto aquellas con más ‘significado’: la más reciente, la más antigua, la de tal mes como hoy hace 10 años… para confirmar cómo esto de la tecnología avanza a un ritmo ciertamente vertiginoso que hace que esos contenidos que una vez guardé por si me eran útiles en el futuro me arranquen ahora una sonrisa.  Reportajes explicando las maravillas de las redes inalámbricas, el formato Mp3, o las bondades del futuro Windows XP han acabado sin compasión formando un pesadísimo montón para bajar al contenedor azul.

De todo ese papel que, entre otras cosas, me ayudaba a sobrellevar los viajes de ida y vuelta en ALSA del pueblo a la ciudad los fines de semana cuando ‘estudiaba’, por el momento se han salvado las revistas de economía y empresa (Capital, Emprendedores). De esas aun de vez en cuando, cuando hago un viaje en transporte público, acabo con una en la mano -o con la RockDeLux, un descubrimiento muchísimo más reciente-.

Y es que el papel aun sigue teniendo algo especial para mí aunque cada vez consumo menos. Como en tantas otras cosas, lo importante es lo que hay dentro. Como en la “habitación de los libros”, sin duda uno de los lugares mágicos de casa de mis padres que la hace un poco mía también.