Conversación lunar: o cómo saber cuándo exigir
Me llega por correo este divertido post titulado ‘Conversación Lunar’, que publica el blog de Jose A. Perez en el que se recoge una posible conversación entre Armstrong y la base de Houston justo antes de que ete saltara a la superficie lunar, del que os dejo un extracto:
A: Ya, por supuesto, cada vez que hablo de las vacaciones no entendéis lo que digo. Parece mentira que seáis todos ingenieros, joder.
H: Neil, por favor, las cámaras están emitiendo, el mundo espera a que salga.
A: Bueno, el mundo ha esperado 4.500 millones de años, creo que podrá esperar hasta que yo aclare el tema de mis días libres.
H: Neil, en Houston… No creemos que sea el momento de hablar de esto.
A: No, ya, por supuesto, es que nunca es el momento.
(Fragmento incomprensible.)
H: ¿Cómo dice, Aldrin?
A: ¡Que yo lo quería hablar el mes pasado! Pero me dijeron no pienses en eso, me dijeron piensa en la Luna. Y yo, okey, sí, tiene razón, tengo que concentrarme en la misión. Pero, claro, luego voy a casa, mi mujer me pregunta por las vacaciones, ¿y qué? ¿Qué le digo? ¿Que estoy pensando en la Luna? No nos va bien últimamente, ¿sabes?, lo nuestro se ha enfriado, y vosotros no ayudáis una puta mierda.
H: Neil, escuche…
A: ¿Y el plus de peligrosidad? [leer completo]
La moraleja del texto, divertidísimo, viene a ser algo así: cuando te toque pringar horas y horas sin ver un duro, quedarte sin vacaciones, para cada marrón que te caiga… cállate como un perro, toma nota mental, y el día que más te necesiten… tú tendrás la sartén por el mango.