¿Y si pudieras morir mañana?

A veces la gente se plantea -hipotéticamente o porque se encuentran en la situación- qué haría si le dijesen que le queda un determinado tiempo de vida -generalmente corto-. Se supone que ello nos lleva a querer aprovechar el tiempo haciendo cosas que queremos hacer antes de morirnos. Basicamente, nos llevaría a asumir más riesgos y a ir ‘liquidando’ o ‘saldando’ compromisos de todo tipo (incluyendo, por supuesto, los adquiridos con nosotros mismos).

Muchas veces se exime esta situación hipotética para animar a la gente a tomar decisiones, pero en realidad tan extrema situación también distorsiona los incentivos.

En cambio… ¿os habeis planteado alguna vez que todos los días vuela sobre nosotros una determinada probabilidad de que sea el último?. Creo que eso sí varía la perspectiva un poco: no obliga a detener la actividad y girar 18º la perspectiva vital sino a incorporar una variable de riesgo que por lo general no parecemos tener incorporada a nuestro modelo predictivo en base al que tomamos decisiones.

Ello simplemente reajusta -en mi opinión- hacia un mayor realismo nuestro esquema de decisión.

Así pues -y ya sé que me ha quedado un post de lo más raro-, ¿no será mejor empezar a pensar que mañana podemos estar muertos?