¿Funcionarios o emprendedores?

En el último número del semanario ‘Gaceta Universitaria’, la portada titula “¿Eres emprendedor o vas para funcionario?”, con una ilustracón de un cerebro, que en un hemisferio tiene bombillas (representando el lado emprendedor) y en otro relojes (representando el funcionarial). 

En el interior, un amplio reportaje, con los tópicos de siempre.  Seguridad frente a oportunidad, estabilidad frente a compromiso, aburrimiento frente a sensaciones…

Parece que la disyuntiva esté entre opositar a un trabajo fijo y bien pagado o arriesgarse con una idea propia.  Entre tener un trabajo sin complicaciones, o dedicarte a lo que te gusta.

Se olvidan a menudo de que la mayor parte de los españoles trabajan en la empresa privada, para otros.  Un mundo  en el que no siempre es necesario ser emprendedor pero en el que sí hay que aplicar un considerable esfuerzo diario para -por poco que guste esa palabra a veces, y más hablando de temas laborales- ser competitivo.

Un mundo en el que ‘echarle horas’ no siempre se tiene que hacer cuando apetece, en que muchas veces un buen reconocimiento es una palmada en la espalda, un “sigue así”.  Un mundo, en el que los ‘marrones’ son una muestra de la confianza que ponen en ti.  Un mundo en el que no siempre el trabajo es motivador, o divertido, pero a veces sí.  Todo depende de cómo se miren las cosas.  Y eso no hay 14 pagas al año que lo valgan.