El dinero a desaparecer…

En el momento de escribir esto tengo en mis manos el número 21 de ‘Papeles de Economía Española’, una de esas prestigiosas publicaciones que nadie lee pero que queda muy bien tener en la biblioteca porque cientos de economistas venderían su alma al diablo por que les pidiesen una colaboración. El título del número especial (El ajuste a la crisis de la economía española) es revelador, y los títulos de algunos de los artículos lo son más:
“El petróleo en la encrucijada de la economía española”
“El ajuste del sector de la construcción…”
“El déficit público: Seguridad Social y crisis económica”
“Notas y apuntes sobre regulación bancaria”
Pero lo mejor de todo es que este no es el último número de la revista. Ni mucho menos. El número 21, que recoge esos y otros artículos pertenece al año ¡1984!.

Hace más de 25 años y los problemas de la economía española se diría que son los mismos: deficit público, crisis bancaria, dependencia energética, mercado laboral, ajuste en la construcción…
¿Por qué es ahora más grave? Sencillo, porque nadie ha hecho nada -o casi nada- para solucionar todos esos problemas que ya teníamos hace décadas. Más al contrario, se ha hecho mucho para agravarlos.
Más que inmobiliaria, yo diría que esta una crisis con origen en el crédito. El de la banca es un negocio muy curioso. En teoría, un banco recoge depósitos de un lado y presta ese dinero a otras personas a cambio de un interés, que vendría a ser el precio de ‘alquilar’ ese dinero o, si se quiere, de traerse ese dinero del futuro. Porque eso es, en fin, lo que estamos haciendo al solicitar un préstamo: traernos dinero del futuro, anicipar la creación de riqueza futura con dinero presente. Porque en realidad, cada vez que un banco presta dinero lo que está haciendo es ‘crear’ dinero. El ejemplo es fácil: si en la economía existe un total de 150 unidades monetarias, pero sus poseedores (ahorradores) solo necesitan para funcionar 50 y el resto los depositan en un banco, que a su vez presta esas 100 a otro individuo (inversor) a cambio de que al final del período le devuelvan 120 ¿cuánto dinero existe ahora en la economía? A bote pronto: los 50 que se han quedado los ahorradores, y los 120 que el inversor deberá devolver al banco.

Podemos pensar que el ejemplo es un poco exagerado, porque el inversor usará esas 100 u.m. para realizar algún tipo de actividad productiva que soporte ese incremento de la cantidad de dinero. En efecto, podemos suponer que esos 20 adicionales son el reflejo del aumento de productividad de la economía, el valor (o una parte) que el inversor ha añadido al PIB. Pero, ¿qué pasa cuando la deuda se convierte en un instrumento de carácter casi vírico?. Que descubrimos que los incrementos de PIB que esa deuda está financiando se están retroalimentando de forma que el incremento de dinero no va vinculado a ningún tipo de incremento real. El resultado de ello es necesariamente uno de los dos siguientes:
– Inflación: aumento de los precios, de forma que es necesaria una mayor cantidad de dinero para adquirir los mismos bienes, en la misma medida en que se ha incrementado la cantidad de dinero en circulación.
– Crisis: esto es, desaparición de parte de la ‘riqueza’ creada artificialmente.

Tras una etapa de inflación moderada y expansión del crédito, hemos entrado en una fase de crisis. Una parte importante del dinero creado de la nada tiene, sencillamente, que ‘desaparecer’. Seguro que su nómina ya lo está notando…