Curva de Laffer y caída de la recaudación fiscal (El Hundimiento)

Hace ya más de diez años, se popularizó entre el gran público en España la ‘Curva de Laffer’, cuando el primer gobierno de José María Aznar argumentó que una bajada de impuestos podía incrementar la recaudación tributaria. Es buen momento para retomarla, pero por motivos bien diferentes: el desplome de la recaudación tributaria y la actividad económica.

La curva de Laffer se dibuja como una U invertida en la que el eje X de la gráfica representa el nivel impositivo y el eje Y la recaudación. Salvo que nos encontremos en el máximo de la curva, esa forma parabólica implica que existen dos niveles impositivos a los que se alcanza la misma recaudación, uno más alto y otro más bajo, de forma que por encima del punto óptimo, es posible bajar los impuestos y mejorar la recaudación. El multiplicador de la actividad económica o la disminución del fraude son algunas de las causas.

Claro que la cosa también funciona en sentido contrario, y todo indica que actualmente hemos entrado en la parte decreciente de la curva. En los últimos meses se han sucedido las subidas de impuestos y sin embargo, como podemos comprobar en el último informe de la Agencia Tributaria (pdf), la recaudación ha caído espectacularmente. En concreto, en enero de 2012, nada menos que un 12,9%.

Podemos leer en dicho informe, por ejemplo que:

Los ingresos totales por impuestos especiales caen un -7,9% en enero, con descensos de los consumos sujetos superiores al 8% en Hidrocarburos (-8,3%), Labores de Tabaco (-9,0%) y Alcohol y bebidas derivadas (-17,3%). Solo el IE sobre la Electricidad (6,2%) crece en enero por el impulso de la tarifa eléctrica, ya que el consumo de electricidad sigue en negativo.

Lo que nos da un buen indicador de caída del consumo de dichos bienes.

Cabe destacar que una de las principales características de la curva de Laffer, es que se entiende que su distribución no es constante en el tiempo ni igual para todas las economías. Pero, lo que sí parece claro es que los ingresos tributarios de España están en caída libre no “a pesar” de las subidas de impuestos sino, en buena medida, “como consecuencia” de dichas subidas.